Caminaban sobre la línea del horizonte
Todas las tardes tomados de la mano
Sucumbieron ante el mar
Ese mar que es tuyo y mío
Mar profundo mar de perlas y
Narvales
Se hicieron uno con el
Libremente.
Les arrullaron las olas
Los mecieron tiernamente en una tarde
infinita
Saborearon dosmil veces sus amores
amores lejanos
venidos de otras tierras
La sal del mar les dio su vida
Purificó sus cuerpos y sus almas
Las algas les cubrían todo el cuerpo
Las estrellas se pegaban a sus pies
Sal que brilla
sal que quema
sal que sana .
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